
Te puse tras la tapia de mi frentepara tenerte así mejor guardado,y te velé, ay, amor diariamentecon bayoneta y casco de soldado.
Te quise tanto, tanto, que la genteme señalaba igual que a un apestado;pero qué feliz era sobre el puentede tu amor, oh mi río desbordado.
Un día, me dijiste: - No te quiero...-;y mi tapia de vidrios y de aceroa tu voz vino al suelo en un escombro.
La saliva en mi boca se hizo nieve,y me morí como un jacinto breveapoyado en la rosa de tu hombro.
Te quise tanto, tanto, que la genteme señalaba igual que a un apestado;pero qué feliz era sobre el puentede tu amor, oh mi río desbordado.
Un día, me dijiste: - No te quiero...-;y mi tapia de vidrios y de aceroa tu voz vino al suelo en un escombro.
La saliva en mi boca se hizo nieve,y me morí como un jacinto breveapoyado en la rosa de tu hombro.
rafael de león
No hay comentarios:
Publicar un comentario